El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha presentado una demanda contra Apple, acusándola de mantener un monopolio ilegal en el mercado de los iPhone. Esta acción legal surge de las prácticas restrictivas de Apple en su tienda de aplicaciones y en la imposición de altas comisiones sobre las transacciones realizadas a través de sus dispositivos. Según el fiscal general Merrick Garland, si Apple no cambia su comportamiento, seguirá fortaleciendo su dominio en el mercado de los teléfonos inteligentes, lo que resultaría en precios más altos para los consumidores.
Apple, por su parte, advierte que esta demanda podría establecer un precedente peligroso al otorgar al gobierno un poder excesivo sobre el diseño de la tecnología utilizada por las personas. La empresa ha sido objeto de críticas en los últimos años por su control sobre la App Store y las restricciones impuestas a otras empresas para utilizar su plataforma. Esta demanda se suma a la presión regulatoria sobre Apple, tanto en Estados Unidos como en Europa, donde recientemente se implementó el Reglamento Europeo para los Mercados Digitales (DMA).
La respuesta de Apple a estas acusaciones es defenderse vigorosamente, aunque las acciones de la empresa en la bolsa de Nueva York han experimentado una caída tras el anuncio de la demanda. Este caso refleja la creciente atención sobre las prácticas antimonopolio en la industria tecnológica y podría tener importantes implicaciones para el futuro de la competencia en el mercado de los teléfonos inteligentes.
