El gobierno del ultraliberal Javier Milei ha decidido expandir el alcance del impuesto País, que se aplica a la compra de divisas, para incluir también las operaciones de giro de utilidades y dividendos al exterior, según lo establecido en una norma publicada en el boletín oficial.
El Impuesto Para una Argentina Inclusiva y Solidaria (País), instaurado en 2019 y vigente hasta finales de este año, impondrá una tasa del 17,5% a este tipo de transacciones, que ya están sujetas a otros gravámenes.
Esta medida, contraria a la política liberal del gobierno, responde a las necesidades fiscales en un contexto de recesión económica, marcado por la caída de la actividad y el consumo.
Además, el gobierno ha autorizado el giro de utilidades al exterior a través de la suscripción de bonos, los cuales también estarán sujetos al impuesto País.
El decreto, firmado por Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo, busca, según señala, “continuar profundizando los incentivos a la inversión nacional”, al tiempo que asegura “un sendero fiscal sostenible”.
El presidente Milei destacó en abril que Argentina cerró el primer trimestre del año con un superávit financiero de más de 275.000 millones de pesos (unos 309 millones de dólares al tipo de cambio oficial), calificándolo como “un hito histórico” de su gobierno.
Sin embargo, este logro ha sido alcanzado mediante medidas drásticas, como ajustes severos en las jubilaciones y pensiones, la paralización de obras públicas, la eliminación de subsidios y el congelamiento de los presupuestos al nivel de 2023, en un contexto de inflación interanual cercana al 290%.
Este enfoque ha llevado a un aumento en la conflictividad social, con protestas callejeras y medidas de fuerza, como la huelga general convocada por la principal central obrera, la segunda desde que el gobierno asumió en diciembre pasado, en rechazo a las políticas de ajuste implementadas.
