Mónica Burgener, una viajera frecuente argentina, relata su experiencia de más de nueve horas semanales dentro de aeropuertos durante los últimos ocho meses. Como consultora y asesora de empresas en seguridad industrial y medio ambiente, ha presenciado la evolución de la innovación en aeropuertos de América Latina, destacando la búsqueda de mayor comodidad y conectividad para los viajeros.
En el Aeropuerto Internacional de Carrasco, Uruguay, la biometría facial ha llegado para agilizar los procesos y reducir el tiempo en las instalaciones. Los pasajeros solo necesitan escanear su pasaporte una vez para acceder a pasarelas automatizadas. Ricardo Cerri, gerente de Tecnología del aeropuerto, explica que este sistema biométrico se utiliza tanto en el embarque como en migración, reduciendo significativamente los tiempos de espera.
El plan piloto, implementado en 2018 con la aerolínea Latam, se extenderá para beneficiar a los hasta 4.5 millones de pasajeros que transitan por el aeropuerto, convirtiéndolo en un referente de innovación en la región. Además de la biometría, el Aeropuerto de Carrasco destaca por su diseño, eficiencia energética, y el uso de tecnologías sostenibles como la circulación de aire fresco y la energía solar.
El presidente ejecutivo de Corporación América en Uruguay, Diego Arrosa, señala que la industria aeroportuaria no se detiene, proyectando un aumento significativo de pasajeros en los próximos 10 años. Con la anticipación de este crecimiento, el Aeropuerto de Carrasco busca eficiencias y prepararse para la llegada de compañías low-cost, enfocándose en la reducción de costos.
En un entorno que Arrosa describe como un “ecosistema ideal”, destaca la coordinación entre organismos estatales, aerolíneas y el propio aeropuerto para lograr el éxito de la implementación tecnológica. Con la proyección de duplicar la cantidad de pasajeros, el Aeropuerto Internacional de Carrasco se presenta como un referente de innovación en América Latina.
