El primer ministro de Canadá, Mark Carney, viaja este lunes a Washington para reunirse el martes con el presidente estadounidense, Donald Trump, con el objetivo de obtener concesiones comerciales que mitiguen el impacto de los aranceles sobre la economía canadiense.

Según el Gobierno de Canadá, se trata de un “viaje de trabajo”, y aunque no se esperan cambios significativos, Carney confía en lograr algún tipo de flexibilización en los gravámenes del 50 % que Estados Unidos impuso al acero canadiense. Un avance en ese sector podría abrir la puerta a futuras negociaciones sobre el aluminio y la industria automotriz.

Los aranceles implementados por Washington han afectado considerablemente a la economía de Canadá, que registró una contracción del 0.4 % en el segundo trimestre debido a la caída de las exportaciones. El impacto también ha sido político, pues ha debilitado la popularidad del Gobierno del Partido Liberal.

Carney, quien asumió el cargo en marzo tras suceder a Justin Trudeau, prometió durante su campaña una postura firme frente a las políticas comerciales y a las declaraciones de Trump, quien ha llegado a sugerir públicamente la anexión de Canadá a Estados Unidos.

Aunque inicialmente Ottawa respondió con aranceles de represalia, las negociaciones posteriores llevaron al Gobierno canadiense a retirarlos en agosto sin lograr concesiones de Washington, lo que generó críticas internas.

El líder de la oposición conservadora, Pierre Poilievre, envió este lunes una carta al primer ministro en la que lo acusa de incumplir sus promesas electorales y de mostrarse débil frente a las presiones de Trump.