La reciente decisión de la Corte Suprema de Justicia que declaró inconstitucional el contrato ley renovado para la explotación de Cobre Panamá ha generado un impacto negativo en la economía del país. La mina, considerada la decimocuarta más grande del mundo en producción de cobre y la principal de Centroamérica, ha cesado sus operaciones, lo que representa un golpe significativo para la economía panameña.
Expertos señalan que la economía panameña, aunque resiliente y con capacidad de recuperación, se verá afectada, especialmente en el año electoral 2024. La incertidumbre política, la reducción de ingresos por la sequía que afecta al Canal de Panamá y la pérdida de los ingresos proyectados de Cobre Panamá dificultarán la situación financiera del país.
El Gobierno panameño había proyectado que Cobre Panamá se convertiría en su segunda fuente de ingresos después del Canal de Panamá, con ingresos estimados en $770 millones en 2023 y $375 millones anuales a partir de 2024. La falta de estos ingresos complicará el cumplimiento de los objetivos fiscales, afectando el límite de déficit y generando la posibilidad de superar el techo del 2% del PIB en 2024.
Además, analistas sugieren que la incertidumbre electoral hasta mayo de 2024 impactará la inversión en el país, generando un entorno económico más complejo. Moody’s advierte sobre un posible impacto negativo en la confianza de los inversores, lo que podría reducir la inversión y disminuir el crecimiento del PIB por debajo de la tendencia estimada del 4%.
La economía panameña ha enfrentado desafíos en el pasado, como la salida de las bases militares de EE. UU. en 1999 y la apertura del mercado de prendas de vestir en la década de 1990. A pesar de estos desafíos, ha demostrado ser resiliente. Sin embargo, la situación actual presenta retos importantes, y será crucial implementar medidas como la reducción del gasto público, la mejora en la recaudación y políticas para atraer inversiones que impulsen el empleo.
Cobre Panamá, con una inversión de $10 mil millones y generando 40,000 empleos directos e indirectos, es un actor clave en la economía panameña. Su cese de operaciones afecta significativamente al país, tanto en términos de empleo como de ingresos y exportaciones.
