Redacción ||
China ha estado buscando expandir su influencia en América Latina a lo largo de los años, en una región rica en recursos naturales y considerada parte de la esfera de influencia de Estados Unidos. La Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) de China ha sido una herramienta clave en su estrategia, atrayendo a 21 países latinoamericanos, incluyendo a Nicaragua y Argentina. Aunque la inversión de China en la región ha disminuido en los últimos años, el comercio continúa creciendo, aunque Estados Unidos sigue siendo el principal socio comercial de América Latina.
La presencia de China en América Latina ha generado respuestas variadas. Algunos países han acogido favorablemente las oportunidades de inversión y comercio que ofrece China, mientras que otros han expresado preocupación por su creciente influencia y su potencial para socavar los intereses estadounidenses en la región.
A pesar de la experiencia de China en Venezuela, donde préstamos de miles de millones de dólares no dieron los resultados esperados, la adhesión a la BRI sigue atrayendo a los países latinoamericanos. La firma de acuerdos no implica necesariamente grandes préstamos o donaciones, pero sí representa un gesto de aprobación de las políticas chinas. La recuperación económica de China y su interés en recursos naturales como el litio, el cobre y el hierro en América Latina han revitalizado su interés en la región.
En resumen, China continuará fortaleciendo sus lazos con América Latina para acceder a materias primas y avanzar en su visión de una BRI más verde, a pesar de la desaceleración de las inversiones generales en la región.