La extensión del cierre del Gobierno de Estados Unidos, que este domingo cumple cinco días sin perspectivas de acuerdo en el Senado, amenaza con retrasar la publicación de nuevos datos clave de la economía, entre ellos el informe de la balanza comercial previsto para el próximo martes.

Entidades federales como el Buró de Estadísticas Laborales (BLS) y el Buró de Análisis Económico (BEA) mantienen paralizadas sus operaciones desde el 1 de octubre, tras la falta de consenso entre republicanos y demócratas para aprobar el presupuesto del nuevo año fiscal. Ambas agencias advirtieron que sus sitios web “no están siendo actualizados” debido al cierre federal, que se mantendrá al menos hasta el lunes, cuando el Senado retomará las votaciones suspendidas este fin de semana.

El aplazamiento del informe del BEA sobre la balanza comercial de agosto se sumaría al retraso del reporte de empleo y desempleo de septiembre, que el BLS debía publicar el pasado viernes. Estos datos son seguidos de cerca por la Reserva Federal (Fed) para tomar decisiones sobre política monetaria, lo que podría complicar el análisis económico a menos de un mes de su próxima reunión sobre tasas de interés, programada para el 28 y 29 de octubre.

La situación ocurre en un contexto delicado para la economía estadounidense, afectada por la guerra arancelaria impulsada por el presidente Donald Trump y por un mercado laboral que muestra señales de enfriamiento.

Una prolongada suspensión de las funciones del BLS y del BEA podría afectar también la difusión de los próximos datos de inflación —previstos para el 15 de octubre— y del Producto Interno Bruto (PIB) del tercer trimestre, cuyo primer estimado está programado para el 30 de octubre.

El cierre gubernamental responde al estancamiento en las negociaciones entre republicanos y demócratas, centradas en la extensión de los subsidios a la Ley de Cuidado de Salud Asequible (Obamacare), que expiran a fin de año.

Los líderes demócratas han señalado su disposición a mantener el cierre hasta alcanzar un acuerdo, mientras que los republicanos —que tienen mayoría de 53 senadores y necesitan al menos siete votos más para aprobar el presupuesto— acusan sin fundamento a la oposición de querer financiar la atención médica de “inmigrantes ilegales”.