La crisis del Canal de Panamá, desencadenada por la escasez de agua necesaria para el tránsito de buques mercantes, podría extenderse por 10 meses adicionales, generando desafíos en el comercio global. La sequía, causada por la falta de lluvias y el Fenómeno del Niño, ha reducido los niveles de los lagos que alimentan el canal, provocando esperas de hasta 21 días para el cruce de barcos.
La Autoridad del Canal de Panamá (ACP) ha implementado medidas para abordar la escasez, reduciendo el tránsito de buques y advirtiendo que esta situación podría prolongarse hasta 10 meses más si las condiciones climáticas adversas persisten. Esta restricción ha impactado a las 180 rutas marítimas conectadas al canal, que alcanzan 1,920 puertos en 170 países.
La crisis ha generado preocupaciones a nivel mundial, con imágenes de embarcaciones varadas en ambos extremos del canal. La falta de agua ha llevado a la disminución de los tránsitos de buques y ha desatado debates sobre la necesidad de explorar alternativas a la centenaria ruta interoceánica.
Expertos sugieren que, a pesar de la competencia existente entre el Canal de Suez y el Canal de Panamá, ambos han quedado rezagados ante el crecimiento del comercio global. La situación actual destaca la necesidad de replantear las rutas marítimas, considerando nuevas opciones bioceánicas en la región.
Diversos países de Centroamérica, México y Colombia han sido señalados como posibles ubicaciones para desarrollar rutas complementarias. Sin embargo, cualquier alternativa viable llevaría al menos una década antes de convertirse en una realidad.
Aunque se ha mencionado la intención de crear otras rutas interoceánicas, hasta el momento no se ha concretado ningún plan de manera sólida. La falta de infraestructura portuaria en la región se presenta como un desafío, y se destaca la necesidad de generar más puertos, rutas logísticas y parques industriales para competir a nivel global.
Ante esta crisis, se plantea la posibilidad de invertir en proyectos de desarrollo de infraestructura en Centroamérica, aprovechando la liquidez disponible en los mercados para proyectos estratégicos. Sin embargo, se destaca la falta de interés y voluntad de los gobiernos para asumir estos desafíos a largo plazo.
Mientras se buscan soluciones para el Canal de Panamá, se exploran diversas alternativas en la región, desde el Corredor del Istmo de Tehuantepec en México hasta proyectos de canales secos en Honduras y Panamá. La viabilidad y la inversión a largo plazo son aspectos clave en la búsqueda de opciones que alivien la saturación del canal existente y brinden resiliencia al comercio global.
