El Producto Interior Bruto (PIB) de Argentina se hundió un 3,4 % durante la primera mitad de 2024, coincidiendo con el primer semestre de la presidencia de Javier Milei. Este descenso refleja el impacto de sus políticas económicas de ‘shock’ en una economía que ya enfrentaba contracciones desde el año anterior.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) reportó que el PIB acumuló una caída del 3,4 % en el primer semestre, en contraste con la disminución del 2,3 % observada en el mismo período de 2023. En el segundo trimestre, el PIB se contrajo un 1,7 % respecto al mismo período del año anterior, acumulando cinco trimestres consecutivos en negativo, aunque a un ritmo más moderado que el 5,2 % registrado en el primer trimestre de 2024. La caída del PIB entre abril y junio también fue del 1,7 % en comparación con el primer trimestre de 2024, marcando tres periodos consecutivos en descenso.
El banco CMF advirtió sobre la situación económica, señalando que los niveles actuales son comparables a los de mediados de 2010. La economía se vio afectada por la devaluación abrupta del peso argentino en diciembre pasado, poco después del inicio del Gobierno de Milei, y por un programa de ajuste severo implementado por la nueva administración.
Durante el primer semestre, el país experimentó una inflación extremadamente alta (271,5 % interanual en junio y 79,8 % acumulada), lo que redujo significativamente los ingresos reales de los hogares y afectó la demanda. La oferta global se contrajo un 6,4 % interanualmente, con una caída del 1,7 % en el PIB y una reducción del 22,5 % en las importaciones. La demanda global también disminuyó un 6,4 %, con un descenso del 29,4 % en la formación bruta de capital fijo y un incremento del 31,4 % en las exportaciones. El consumo privado se desplomó un 9,8 % y el consumo público bajó un 6 %.
De los 16 sectores que componen el PIB, la mitad mostraron una retracción en el segundo trimestre, incluyendo sectores clave como la construcción (-22,2 %), la industria manufacturera (-17,4 %) y el comercio (-15,7 %). Sin embargo, el sector agropecuario experimentó un aumento interanual del 81,2 %, aunque partiendo de bases muy bajas debido a la severa sequía del año anterior.
Las proyecciones para el resto del año indican una posible caída del PIB del 3,8 % en 2024, frente a una retracción del 1,6 % en 2023. Las proyecciones para 2025 muestran una posible recuperación, con el Gobierno estimando un crecimiento del 5 % y los consultores privados previendo un aumento más moderado del 3,5 %. La consultora LCG anticipa un crecimiento débil con fluctuaciones y disparidades sectoriales, aunque una moderación de la inflación y un aumento en el crédito podrían apoyar la recuperación económica.