Martes 5 de noviembre de 2024
AFP ||
El gobierno de Nicolás Maduro y la oposición de Venezuela firmaron este sábado en México un acuerdo para liberar 3.000 millones de dólares bloqueados por sanciones, al que Estados Unidos respondió con una flexibilización de sus restricciones petroleras contra el país sudamericano.
Tras el convenio, en la reactivación de negociaciones después de 15 meses de suspensión, la administración de Joe Biden autorizó al gigante energético Chevron retomar parcialmente sus actividades de extracción de petróleo en Venezuela.
Delegados del presidente Nicolás Maduro y la oposición acordaron “hacer todas las gestiones ante las autoridades e instituciones, nacionales y extranjeras” para “obtener los fondos legítimos de la República que se encuentren congelados en el sistema financiero internacional” y utilizarlos en proyectos sociales.
Solicitan a la ONU “el diseño, establecimiento e implementación de un fondo fiduciario único” al cual irá ese dinero, según el documento, leído por Dag Nylander, representante de Noruega, país facilitador de los diálogos.
Los recursos desbloqueados “serán incorporados progresivamente como contribuciones al fondo”, destinados a salud y educación, recuperar la deficitaria red eléctrica y atender la emergencia generada por lluvias que provocaron inundaciones, explica el texto.
El documento no precisa el monto de los fondos a desbloquear, pero Jorge Rodríguez, jefe de la delegación de Maduro, dice que asciende a 3.000 millones de dólares.
“Hay más de 20.000 millones de dólares represados (…). Por vía de este acuerdo estamos rescatando más de 3.000”, expresó Rodríguez, presidente del Parlamento.
El fondo, dijo el líder negociador de la oposición, Gerardo Blyde, “será administrado por la ONU”.
En una comunicación, el portavoz adjunto de la ONU, Farhan Haq, dijo que el secretario general, Antonio Guterres, expresó “el compromiso” de la organización en apoyar a las partes para implementar el acuerdo.
El acuerdo “parcial (…) abre paso a un nuevo capítulo” para avanzar “hacia la paz y el bienestar” de todos los venezolanos, dijo en tanto Maduro.
Quedan pendientes en la mesa asuntos medulares como las próximas elecciones presidenciales, previstas para 2024. La oposición exige fijar condiciones para esos comicios, tras acusar a Maduro de reelegirse fraudulentamente en 2018.
“Nuestra misión” es “conseguir las condiciones democráticas para que se produzca la alternabilidad”, insistió este sábado Blyde.
En una declaración conjunta, Estados Unidos, la Unión Europea, Reino Unido y Canadá recibieron con “beneplácito” la reanudación del diálogo y pidieron “buena voluntad para alcanzar un acuerdo global que conduzca a la celebración de elecciones libres y justas en 2024”.
También aseguraron su “disposición a revisar el paquete de sanciones en caso de progresos sustanciales de parte del régimen” de Caracas.
Las sanciones buscaron, sin éxito, la salida de Maduro del poder en un país que ha visto emigrar a unos siete millones de personas por su crisis política y económica, según Naciones Unidas.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, publicó en Twitter que el acuerdo es “un paso importante hacia la restauración de la democracia”.
En ese marco, el Departamento del Tesoro autorizó a Chevron a retomar parcialmente las actividades de la empresa de la que es copropietaria en Venezuela con la estatal petrolera Pdvsa, siempre que se asegure de que esta “no reciba ningún ingreso de las ventas de petróleo realizadas por Chevron”.
La compañía celebró la decisión en un comunicado: “Estamos decididos a seguir siendo una presencia constructiva en el país”.
El Departamento de Estado subrayó que las demás sanciones seguirán aplicándose “vigorosamente”.
Washington ha tenido contactos directos con Maduro tras la invasión rusa de Ucrania y ha admitido que el petróleo venezolano podría ser útil en un mercado internacional de precios altos y un contexto de fuerte inflación interna debida, en buena medida, al alza de la gasolina.
Hay, no obstante, oposición a la flexibilización de sanciones.
El senador demócrata Bob Menéndez considera que si Maduro busca usar las negociaciones “para ganar tiempo”, Estados Unidos y aliados “deben volver con toda la fuerza a las sanciones”; y el senador republicano Rick Scott piensa que “no existe un escenario” en el que deba negociarse “con matones como Maduro”.
El canciller de México, Marcelo Ebrad, celebró el acuerdo como “el triunfo de la política” y “una esperanza” para Latinoamérica.
El gobierno y la oposición venezolana entablaron diálogos en México en agosto de 2021 tras fallidas iniciativas en 2018 en República Dominicana y 2019 en Barbados, pero Maduro los congeló dos meses después por la extradición a Estados Unidos del empresario Alex Saab, próximo al gobierno, enjuiciado por lavado de dinero.
Las negociaciones continuarán en diciembre, según un comunicado conjunto.
El tiempo oxigenó a Maduro. El dirigente opositor Juan Guaidó, en contraste, se ha erosionado desde que se autoproclamó “presidente interino” de Venezuela en 2019 con apoyo de medio centenar de países, entre ellos Estados Unidos, desconociendo la reelección del mandatario socialista.