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Un informe reciente publicado por el Diálogo Interamericano con sede en Washington D.C. revela que Guatemala se encuentra entre los diez países de América Latina y el Caribe con el mayor flujo de remesas familiares, consolidándose como uno de los principales receptores de ingresos por remesas en la región. Se espera que para el cierre de 2023, América Latina y el Caribe alcancen un récord histórico en remesas familiares, con un volumen estimado de US$157 mil millones.
Después de México, Guatemala se perfila como el país que más ingresos en divisas por remesas familiares recibirá este año, según el informe titulado “Remesas familiares a América Latina y el Caribe 2023”. La organización proyecta que el volumen total de transferencias para toda la región superará los US$146,153 millones registrados en 2022, con un aumento estimado de aproximadamente US$10,900 millones.
En una clasificación de los diez principales países receptores de remesas en la región, se espera que experimenten un crecimiento del 9%, con un monto estimado de US$142,596 millones, representando conjuntamente el 91% del total proyectado.
Este aumento constante en los envíos de remesas se atribuye principalmente a la migración, que sigue siendo un factor influyente en la región. Además, el informe destaca que el monto total de remesas enviado a América Latina y el Caribe ha experimentado un notable dinamismo en los últimos cinco años, con un crecimiento del 77% desde 2018, cuando se registraron US$88,839 millones en comparación con la proyección para 2023.
Manuel Orozco, director del programa de Migración, Remesas y Desarrollo del Diálogo Interamericano, señaló que se espera un crecimiento del 9% en las remesas para 2023, manteniendo su representación en torno al 5% del Producto Interno Bruto (PIB) regional. Orozco también destacó que, aunque se prevé un aumento del 50% en las remesas para Nicaragua, se han observado disminuciones en países caribeños como Jamaica y Haití. Además, resaltó que Nicaragua, El Salvador, Guatemala y Honduras siguen siendo los principales receptores de remesas como porcentaje del PIB, a pesar de las fluctuaciones en las entradas irregulares desde Estados Unidos en algunos de estos países.
