AFP
por Julie CHABANAS
La tasa de desempleo en Estados Unidos volvió a subir en agosto y la creación de puestos de trabajos se ralentizó, una señal paradójicamente positiva porque la lucha contra la inflación requiere una desaceleración económica y un mercado laboral menos dinámico.
El presidente Joe Biden, que ha tenido recientes victorias legislativas y económicas, aplaudió las cifras oficiales publicadas el viernes como “más buenas noticias”. El mercado laboral “se mantiene sólido” e “incluso más estadounidenses están volviendo al trabajo”, destacó en un tuit.
La tasa de desempleo subió en agosto por primera vez desde enero, alcanzando el 3,7 %, dijo el viernes el Departamento de Trabajo. Había caído en julio al 3,5 %, su nivel de febrero de 2020, justo antes de que la economía se viera duramente golpeada por la pandemia de covid-19.
Este aumento también está ligado a que muchos trabajadores que habían salido del mercado laboral con la pandemia volvieron el mes pasado: la tasa de participación aumentó 0,3 puntos, y se situó en el 62,4 %. Sin embargo, sigue 1 punto por debajo del nivel previo a la pandemia.
Las mujeres, en particular, son las que más están reincorporándose al mercado de trabajo después de que muchas hicieran una pausa de más de dos años para ocuparse del cuidado de niños o ancianos.
“En un hito bienvenido: dos indicadores clave del acceso a oportunidades –la tasa de participación en la fuerza laboral y la relación empleo/población– superaron por primera vez sus niveles de febrero de 2020 para mujeres de 25 a 54 años”, celebró en un comunicado el secretario del Trabajo, Marty Walsh.
La creación de empleos, sin embargo, se desaceleró drásticamente el mes pasado, a 315.000, después de los 526.000 de julio (según datos revisados a la baja).
“A pesar de un aumento en la tasa de desempleo, el mercado laboral de Estados Unidos sigue mostrándose vigoroso”, dijo Ann Elizabeth Konkel, economista del sitio de ofertas de empleo Indeed. “No está en recesión”, agregó.
Sobre todo porque “el aumento de agosto representa un ritmo sólido de crecimiento del empleo según estándares históricos”, apuntó Nancy Vanden Houten, economista de Oxford Economics, en una nota.
Ni la desaceleración económica, ni los temores de recesión, ni siquiera las medidas del banco central (Reserva Federal, Fed) para limitar la demanda y, por lo tanto, frenar la inflación, habían impactado en la salud de hierro del mercado laboral.
Incluso mostró un dinamismo inesperado en julio, recuperando por primera vez los 22 millones de puestos de trabajo que habían sido destruidos a causa del covid-19. A fines del mes pasado, había más de 11 millones de vacantes, o dos por cada solicitante de empleo.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, insistió en este punto la semana pasada en una conferencia en Jackson Hole, Wyoming, advirtiendo que volver a la estabilidad de precios conducirá a “un largo período de crecimiento más débil”, así como a “una desaceleración en el mercado laboral”.
El Producto Interior Bruto (PIB) de Estados Unidos se contrajo en los dos primeros trimestres de 2022, lo que estrictamente se define como recesión. Y si la primera economía del mundo no parece encajar esta vez en este casillero es sobre todo por la buena salud de su mercado de trabajo.
La Fed está subiendo paulatinamente sus tasas de referencia, con el fin de encarecer el crédito a particulares y empresas, y así frenar el consumo y por tanto la presión sobre los precios. Hará un aumento adicional en su próxima reunión, el 20 y 21 de septiembre.
“Los funcionarios de la Fed probablemente saludarán un ritmo más lento de contratación y un aumento en la oferta laboral como pequeños pasos hacia un mercado laboral menos dinámico”, dijo Vanden Houten.
Añadió sin embargo que “las tensiones persistentes (…) y un crecimiento salarial aún sólido” podrían empujar a la Fed a subir las tasas nuevamente con fuerza, en tres cuartos de punto, como en junio y julio.
Los miembros del Comité Monetario, el órgano de toma de decisiones de la Fed, también estarán atentos a las cifras de inflación de agosto, que se publicarán el 13 de septiembre.
En julio, los precios habían subido un 8,5 % interanual, mostrando moderación tras alcanzar su mayor alza en más de 40 años, según el índice según el índice de precios al consumo (PCI).