Jueves 5 de diciembre de 2024
Las autoridades encargadas de la seguridad para los Juegos Olímpicos de París-2024 han establecido una política clara: no se permitirá el uso de reconocimiento facial como parte de las medidas de vigilancia. Aunque se utilizarán algoritmos para analizar la videovigilancia y detectar comportamientos sospechosos, el reconocimiento facial, que implica un análisis detallado de los rasgos faciales y comparación con bases de datos, queda excluido por consideraciones éticas y legales.
El reconocimiento facial, una tecnología controvertida que ha sido experimentada en Francia previamente, plantea preocupaciones sobre la privacidad y el respeto a las libertades individuales. A pesar de casos exitosos como en el carnaval de Niza en 2019, donde se identificó a individuos a partir de fotos proporcionadas voluntariamente, la implementación a gran escala es objeto de debate en el país.
El alcalde de Niza, Christian Estrosi, defiende el uso de la inteligencia artificial (IA) en seguridad argumentando su potencial para prevenir tragedias como el atentado en el Paseo de los Ingleses en 2016. Sin embargo, las regulaciones actuales en Francia, incluyendo el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) de la Unión Europea, establecen restricciones claras sobre el uso de datos personales, especialmente en el contexto de la vigilancia y la seguridad pública.
En conclusión, París-2024 optará por medidas de vigilancia basadas en algoritmos que detectan comportamientos sospechosos sin recurrir al reconocimiento facial, respetando así las normativas de protección de datos y las libertades individuales en un contexto de alta seguridad.