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Los precios al por mayor subieron en octubre en Estados Unidos, pero menos que en septiembre, según datos oficiales divulgados este martes que alimentan la esperanza de que la inflación haya alcanzado su pico.
Luego del informe de inflación general de la semana pasada que mostró una moderación del alza de precios a 12 meses, ahora en 7,7 %, los datos del martes suman a la expectativa de que la Reserva Federal (Fed, banco central) pueda comenzar a reducir la magnitud de sus alzas de tasas de interés en el combate a la inflación.
El índice de precios al productor, una medida de la inflación mayorista, subió en octubre 0,2 % respecto a septiembre, según el Departamento de Trabajo, la mitad de lo que esperaban los economistas.
En la medición a 12 meses, el índice PPI (por sus siglas en inglés) quedó en 8 % en octubre frente a 8,4 % en septiembre.
Siguen siendo los alimentos y la energía, que se dispararon especialmente este año luego de la invasión rusa de Ucrania, que presionan los precios al alza.
Rubeela Farooqi, economista de High Frequency Economics, destacó la mejoría en materia de alzas de precios.
“Los precios al productor, aunque elevados, están lejos de sus máximos”, observó en un análisis. “La mejora en los datos de inflación de octubre, de persistir, sostiene la expectativa de una moderación por parte de la Fed en el ritmo de incrementos” de tasas de interés, añadió.
Precisamente, el lunes, la vicepresidenta del organismo, Lael Brainard, sostuvo que la entidad debería moderar “pronto” el ritmo de subidas de tasas de interés para combatir la inflación.
“Pienso que será apropiado ir pronto hacia un ritmo más lento” de subida de tasas de referencia, señaló Brainard. De todos modos, sostuvo, no se trata de acabar con los incrementos de tasas: “Aún tenemos trabajo que hacer con las subas de tipos” de interés.
El banco central subió su tasa de referencia seis veces este año, en busca de enfriar la economía, y muchos, incluyendo responsables del organismo, abogan por subidas más pequeñas en los meses venideros.
El aumento de tasas de interés incrementa el costo del dinero y tiende a moderar el consumo y la inversión, con lo cual baja la presión alcista sobre los precios.
