La reciente tregua comercial de 90 días entre China y Estados Unidos ha generado una explosión en las reservas de transporte marítimo, provocando atascos en puertos chinos clave como Yantian, en Shenzhen, y una intensa actividad en fábricas destinadas al mercado estadounidense. Operadores del sector advirtieron que estas interrupciones podrían tardar semanas en resolverse, recordando el caos logístico de la pandemia.

Importadores estadounidenses de una amplia gama de productos —desde artículos de construcción y piezas de automóviles hasta juguetes navideños y muebles— están apresurándose a enviar sus cargas antes de que finalice el plazo acordado, ante la posibilidad de que se reimpongan los aranceles punitivos.

Según la firma Vizion, las reservas promedio semanales se incrementaron en un 277% en comparación con principios de mayo, alcanzando las 21.530 unidades equivalentes a 20 pies (TEU). En tanto, navieras como Hapag-Lloyd afirman que solo pueden atender a clientes con contratos a largo plazo, dejando sin capacidad a quienes buscan espacio de forma espontánea.

Empresas como Lalo, fabricante de muebles para bebés, han reactivado cargamentos que estaban en espera. “Ya podemos enviar al agua cientos de miles de unidades”, explicó Michael Weider, cofundador de la empresa, que distribuye sus productos a través de Target, Amazon y su propia plataforma.

Richard Lee, director general de la firma logística NCL Logistics en Shenzhen, confirmó la aceleración del ritmo de trabajo. “Todo el mundo está muy ocupado. Se están preparando muchas cargas para salir cuanto antes hacia Estados Unidos”, indicó.